Alguien dijo en una ocasión que los romanos somos nosotros. ¿Pero realmente nos parecemos tanto? Hagamos una pequeña recopilación de las muestras del ingenio romano:
Según el naturalista romano Plinio el Viejo, en el siglo I d.C. las mujeres ya usaban jabones de distintos tipos, duros y blandos, que contenían sustancias para colorear el caballo y teñirlo con colores vivos. Eran llamados rutilandis capillis.
Los niños en la Antigua Roma no jugaban sólo con palos y piedras: se disfrazaban de gladiadores y combatían con espadas y escudos de madera, lanzaban dados de hueso, marfil o piedra, o se divertían con carretillas transportadas por cabras, gansos y otros animalitos. Y como siempre, las niñas preferían sus muñecas articuladas.
La domus, o vivienda lujosa de la familia Julia (Julio César fue un representante de ella) no estaba ubicada en la colina del Palatino ni la zona rica, sino en la Subura, el barrio más pobre y conflictivo de Roma. Es debido a que la gens Julia siempre sufrió una endémica falta de dinero a pesar de, según ellos, descender de la estirpe de Venus.
En Roma se conocían algunos métodos anticonceptivos. Las clases más bajas se encomendaban a los métodos más supersticiosos como los amuletos, algo que fue criticado por el médico Sorano de Éfeso. Una opción supuestamente más eficaz era introducir una bola de lana en la vagina impregnada en vino hasta la entrada del cuello del útero
Los romanos fueron los inventores del cepillo de dientes. Lo más interesante es que se los lavaban (y se enjuagaban la boca) con orines, estando muy valorado el lusitano. Sin saberlo, el amoníaco presente en la orina les limpiaba y desinfectaba la dentadura.
Nuestro calendario es el gregoriano, una modificación del anterior calendario juliano. Todos nuestros meses se corresponden con los que llegaron a existir en Roma. En un principio fue así:
Martivs= Marzo: mes de Marte, dios de la guerra.
Aprilis= Abril: mes en el que “abren” las flores, primavera.
Maivs= Mayo: el mes “mayor”, de la abundancia.
Ivnivs= Junio: mes de la diosa Juno, esposa de Júpiter.
Ivlivs= Julio: el mes de César, denominado así en su honor y porque nació precisamente en este mes. Se llamaba en un principio Quintilis (“el quinto mes”)
Avgvstvs= Agosto: el mes de César Augusto. Primero se le conocía como Sextilis (“el sexto mes”).
September= Septiembre: mes séptimo.
October= Octubre: mes octavo.
November= Noviembre: mes noveno
December= Diciembre: mes décimo.
Luego se estableció una actualización, agregando los meses de Ianvarivs (Enero), el mes de Jano, y Febrvarivs (Febrero), dedicado al dios del Inframundo, Februo Plutón.
El caballo de Julio César sufría de atavismo, es decir, tenía rasgos genéticos arcaicos. Eso se manifestaba en sus cascos, que parecían dedos. Llamado por César Genitor (“Padre”), en honor a su padre muerto siendo él adolescente, tenía una profecía de los arúspices: si alguien lo cabalga, ese jinete dominará el mundo.
Los romanos usaban ropa interior y, además de eso, estaban listos en poco tiempo para la acción del duro día nada más despertarse. El emperador Vespasiano alababa el pragmatismo romano
alardeando de estar preparado para gobernar el Imperio treinta segundos después de levantarse de la cama.
Para abastecerse de agua cada día, los romanos de clase media y baja acudían a las fuentes públicas de agua, que solían estar conectadas a un acueducto. Los patricios, en cambio, disponían de un canal especial que les suministraba el preciado líquido directamente en el domus. Y además, los domus disponían de su propio pozo privado de agua, debajo del impluvium, una especie de pequeña piscina rectangular que recogía el agua de la lluvia que caía desde el compluvium, un agujero en el techo.
Para algo tan importante como hacer sus necesidades, los romanos disponían de retretes públicos en los que, sin el menor pudor, defecaban u orinaban mientras conversaban con cualquiera que tuviesen al lado. ¿Cómo se limpiaban? Posiblemente con algún tipo de esponja unida a un palo. No se sabe si la compartían o si cada cual llevaba la suya.
Cuando una pareja se casaba, el novio tradicionalmente rompía un pan encima de la cabeza de la novia como símbolo de fertilidad, y los invitados se comían las migas. De ahí viene nuestra tradición del pastel de bodas.
Nerón, después del famoso Gran Incendio de Roma, ensanchó sus calles, creó espacios abiertos, y ordenó la alineación de todas las manzanas. Anteriormente, Roma había sido una ciudad caótica.
En las fiestas de las Saturnales de diciembre, los esclavos hacían las veces de amos y viceversa. Durante una semana se invertían los roles sociales en medio de jolgorio general y grandes comilonas que celebraban la Edad de Oro bajo la égida de Saturno. También había un intercambio masivo de regalos, como en nuestros Reyes Magos o Navidades.
Para un romano, beber leche era una cosa bárbara. Los romanos sólo veían con buenos ojos comer alimentos cocinados o fabricados de un modo u otro, jamás carne cruda o leche de vaca.
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