lunes, 21 de marzo de 2011

EQUIPAMIENTO DE LOS SOLDADOS ROMANOS

El legionario estaba generalmente armado con dos jabalinas (pilum), una pesada y otra ligera, una espada (gladius) y un puñal (pugio). Para su protección portaba un casco (cassis o galea), una armadura de anillas (lorica hamata), placas (lorica segmentata) o escamas (lorica squamata) y un escudo rectangular (scutum) que lleva una protección metálica o bloca para la posición de la mano.
Completaban su equipamiento un par de sandalias (caligae), un cinturón de guerra (baletus o cingulum militare), un pañuelo y túnica roja a modo de uniforme debajo de la armadura (focale y tunica) y una mochila (sarcina).

GLADIUS

El Gladius no sólo fue la espada legionaria, también fue una espada legendaria. Se cree que es el arma que mas muertes ha causado en toda la historia.
El gladius es una espada excelente para formaciones compactas. Su cruce de hoja romboide le daba una estabilidad óptima para ser alineada con el codo y el hombro en un ángulo de 90 grados, correr el largo escudo -Scutum-, y provocar una herida perforante en el abdomen del enemigo, que en la gran mayoría de los casos si no mataba instantáneamente lo hacía posteriormente. Su tamaño, de unos 60 centímetros, la hacía ideal para esta tarea. En si la ventaja táctica de no estaba, enteramente, en la destreza personal del combatiente. Sino en la disciplina de la fila de hombres. Cuyo ataque primario consistía en protegerse de forma mutua con sus escudos y, corriendo éstos ligeramente para crear una diminuta abertura, apuñalar a sus contrincantes. Dicha estrategia los hacía no sólo mortales sino que también les otorgaba una defensa superior.

PUGIO

El pugio era una especie de cuchillo largo o espada corta que los legionarios romanos tomaron prestado, al igual que el gladius, de las tropas hispanas contra las que combatieron durante dos siglos. Generalmente tenía una hoja ancha y con forma de hoja, de unos 20 o 25 cms. de largo por un mínimo de 5 cms. de ancho, con un refuerzo central elevado a todo lo largo de la hoja. La espiga era ancha y plana y la empuñadura, que montaba un poco sobre el final de la hoja, estaba remachada a su través.

SCUTUM

Los scuta (en plural) rectangulares, que generalmente eran convexos, eran construidos principalmente a partir de tiras de madera superpuestas unas a otras y con las vetas dispuestas en direcciones opuestas, cubiertas con cuero. Esto supone que el escudo era muy resistente y, a la vez, lo suficientemente ligero (de entre 5,5 y 7,5 kg[2] ) como para ser transportado a lo largo de muy largas distancias.

Por otra parte, el revestimiento central del escudo (denominado umbo) estaba construido bien de una aleación de cobre o de hierro. Se utilizaba de forma ofensiva, siendo lo suficientemente pesado y denso como para aturdir o desplazar a un oponente, lo cual facilitaba al legionario el siguiente ataque con su gladius. Los legionarios solían avanzar de forma alterna con el scutum para luego, con el scutum ligermante alzado para bloquear al oponente, atacar con el gladius. Los bordes del escudo también se forraban de metal para mayor protección, pudiendo también ser usados de forma ofensiva.

La forma del scutum permitía las formaciones compactas de legionarios. Mediante este sistema, se superponían los escudos de forma que diesen una mayor protección contra las armas arrojadizas. De estas posibles formaciones, la más famosa es la formación en testudo, en la que los legionarios colocaban los escudos de frente y hacia arriba, consiguiendo protección también frente a proyectiles lanzados en tiro parabólico o desde lo alto (como por ejemplo flechas, o objetos lanzados desde defensores desde lo alto de las murallas).

PILUM

El pilum pesado era un asta de madera a la que se le unía una vara metálica por medio de un remache, medía unos 120 cm., 60 la vara metálica. Así se conseguía que al clavarse en un escudo enemigo, el pilum se doblara, dejando inmanejable el escudo e impidiendo que los enemigos "devuelvan el favor" lanzando el pilum a las legiones. Los romanos también usaron alternativamente, el destemplado de la vara metálica para lograr este efecto. Además, servía para repararlos fácilmente después de cada batalla.

El pilum ligero era una jabalina de madera de mayor alcance, aunque de menor capacidad de penetración.

El pilum era lanzado desde unos 30 mts. en plena carga de la legión. La pequeña punta podía penetrar un escudo y herir al hombre que lo sujetaba, así como también podía penetrar ciertos tipos de armadura. Si se clavaba en un escudo, aunque no lo penetrase, el peso del pilum entorpecía el uso del escudo hasta el punto de inutilizarlo.

LORICA SEGMENTATA

Utilizada por los legionarios Romanos desde finales del siglo I ac hasta mediados del siglo III ac, fue símbolo de la prosperidad del Imperio. Algo evidentemente notable al ver que su utilización no fue abandonada por falta de efectividad, sino por la decadencia de la economía Romana. De diseño modular y resistente, dicha armadura fue tan avanzada a su época que podemos rastrear su evolución incluso miles de años después. La armadura Italiana Anima, del siglo XVI, es su sucesora espiritual.
Se tiene muy poca información sobre ésta armadura. Nuestras mayores fuentes son las esculturas y grabados, principalmente los de la Columna de Trajano, que nos permiten observar legiones de combatientes Romanos vistiendo ésta llamativa pieza de equipo. Sin embargo tan limitado es nuestro conocimiento que incluso desconocemos como los Romanos mismos la llamaban. La designación Lorica Segmentata nace, según creemos, en el siglo XVI y significa "armadura seccionada" haciendo referencia a sus características estructurales. Gracias a un meticuloso trabajo arqueológico hoy sabemos que sus inicios, al menos lo máximo que pudimos rastrear, datan aproximadamente del año 20 ac.

CASSIS

Hay muchos tipos y variantes de cascos romanos, su diseño cambió significativamente a lo largo de la historia.
El casco imperial tipo gálico es el más popular y conocido; estaban construídos basicamente de hierro, con las protecciones para las orejas y decoraciones en latón, incluyendo pequeños rosetones decorativos en el casco y las carrilleras. Tenían un gancho destinado a fijar la cresta y a veces también una pieza rectangular en la parte superior con el mismo fin.

Todos los modelos iban acolchados por dentro, y tenían una correa que pasaba a través de una anilla sujeta a la aleta posterior, y llegaba hasta las aletas laterales donde se ataban bajo la barbilla. A finales del siglo I d.C. comienzan a aparecen algunos cascos con dos refuerzos de acero en forma de cruz como medida de protección contra las armas de los dácios (uno de lado a lado y otro de delate a atrás), este añadido en los primeros modelos es de manufactura tosca, pero posteriormente forma parte de la fabricación original.

Los centuriones llevaban en sus cascos unas crestas transversales (de oreja a oreja), sin embargo, no era común que los legionarios llevasen crestas, salvo tal vez en ocasiones especiales. Los tribunos y legados usaban penachos longitudinales.


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